El Amor Brujo

El domingo 14 de diciembre a las 7 de la tarde, en el Teatro Principal de Castellón, el "El Ballet de Teatres de la Generalitat" nos ofreció una nueva versión de "El Amor Brujo de Falla"; danza representada por los bailarines/inas:

D. Arconada, F. Alonso,

D. Bruno, F. Coppo,

J. Forteza, Y. García,

T.R Gosman,

L.Hernandorena,

D. Huertas, G. Muñiz,

L. Ortiz, S. Retortillo,

C. Royo, F. Sanlés,

B. Shopova, P. Sospedra,

E. Taberner, D. Tortelli,

M. Vilas,

Con la coreografía de:

Ramón Oller

Y la Dirección Musical de

Joan Cerveró.

Bonita coreografía y muy lograda la elección de los versos que en cuadros de expresión flamenca alternaban con los del libreto de la obra.

"Lo mismo que el fuego fatuo

lo mismito es el querer

que huye y te persigue

le llamas y echa a correr.

Lo mismo que el fuego fatuo

lo mismito es el querer

mal haya los ojos negros

que le alcanzaron a ver.

Lo mismo que el fuego fatu0

se desvanece el querer.

Aceptable el cuadro de baile, con tres buenas principales bailarinas. Extraordinaria la primera de ellas.

Sorprendentes los aplausos del público - teatro lleno - por el compás, que sin especial propósito, parecían palmas de fondo con calidez y expresividad.

Una buena actuación que consiguió agradarnos, con una salvedad por mi parte: "un toque de atención a la directiva de la compañía":

Se me dió un primer "aviso" por hacer fotografías. Se acercó una señorita que con buenos modos y amabilidad me rogó que no disparara con flash. A mi respuesta de si las podía tomar sin él me aseguró que SI.

Cuando había hecho escasamente tres o cuatro, vino el segundo "aviso": otra señorita distinta volvió con los mismos buenos modos y la misma amabilidad a decirme que no tomara fotografías. Explique el acuerdo con la primera señorita, pero me dijo que NO y que NO.

Como soy disciplinada el tercer "aviso" no llegó; más bién se lo voy a dar yo a ellos, porque decirse y desdecirse con "que si, que si" "que no que no", está muy bién para La Parrala, pero no para tratar al público.

Otro toque, quizá esta vez a la organización, fué la falta de programas a la entrada del espectáculo, especificando a quién correspondía cada nombre de los bailarines/inas.