He recibido esta tarjeta de felicitación -que me han enviado unos amigos ingleses, residentes en Cork (Irlanda)- con los tres Reyes Magos de Oriente.
Recibirlos de tan lejos, cuando por aqui durante todos estos días de fiestas brillan por su ausencia, me ha parecido algo entre increible y extraordinario.
Me pregunto cual habrá sido la razón para elegir este tema tan nuestro, y me aparecen várias respuestas: quizá les gustó el diseño, que en verdad es bonito; tal vez pensaron en dar a cada cual lo suyo; o más bién, un poco magos también ellos, han percibido, y quieren contrarrestar, esta epidemia que estamos padeciendo de Papas Noël...
Los tenemos por todas partes; más gordos, más flacos; más altos, más bajos; más guapos, más feos. Unos tocan la campana, otros reparten caramelos; otros sencillamente no hacen nada más que pasear.
Les ves por una calle, pero al doblar la esquina te sorprende otro diferente; esta vez repartiendo globos...
Están en las tiendas, en los almacenes, en las casas...Y qué decir de la última novedad: los trepadores que suben por las fachadas de los edificios hasta las ventanas o balcones. Hoy he descubierto varios pequeñitos subiendo uno detrás de otro; parecían hormigas.
Y la guinda que adorna el pastel es cuando se presentan en persona en las viviendas, que casi siempre es el vecino disfrazado, a repartir los juguetes. No sé si a los niños esa familiaridad les gusta o les desencanta.
Adios al misterio de las noches oscuras y silenciosas, que te sobrecogían. Largas, larguísimas, porque deseabas levantarte y encontrar los regalos; y ver que se habían llevado la paja que dejamos para los camellos, y que los turrones habían desaparecido devorados por el hambre del viaje.
Pero despertemos, estamos en el siglo XXl y ahora es Papa Noël.
Yo, que voy a decirles, a mi me gustan los Reyes Magos. Los contemplo en los Belenes sobresaliendo del resto de las figuras pequeñitas, y ellos altos, arrogantes, dominando el conjunto...El Portal enternece por su misterio y su humildad, pero los Reyes con su poderío de lado al lado del Globo, avanzando día y noche, no solo para adorar al Niño, sino sabedores como son, mostrarnos en su ofrenda: el oro de que es el Rey, el incienso de que es el Dios, y la mirra de que es el Hombre.
Por eso me ha gustado esta felicitación, y por ello si alguien se encuentra como yo, ahi la tiene. Y por muchos años: LOS REYES MAGOS DE ORIENTE.
5 comentarios:
También puede aparecer un hombre disfrazado de Papá Noel y matar a ocho personas: http://www.elpais.com/articulo/internacional/hombre/disfrazado/Papa/Noel/mata/personas/Angeles/elpepiint/20081227elpepiint_8/Tes
En fin Ramona, el mundo está medio perdío, deslocalizado. Pediremos a los Reyes Magos alguna Nana flamenca para aplacarlo.
Besos y confiemos.
Me encantan los Reyes Magos,todavía recuerdo la emoción con la que me acostaba,y como mis padres abrían la puerta del cuarto haber si realmente yo dormía,una vez podría jurarlo los vi,! que reflexión tan buena a propósito de esa costumbre espero salgan en caravano por lo menos hoy!
Pues eso, ¡Vivan los Reyes Magos!
Mi nieto Pablo (ocho años) me dijo ayer que ahora son cuatro: Melchor, Gaspar, Vasaltar y Secayó. Cosas de niños
Saludos flamencos
Gracias a todos los que habeis entrado con vuestros comentarios. Loa Reyes Magos marcharon contentos...
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