7/4/09

Se va la alegría del cante

Ésta es la expresión que me ha salido del corazón cuando me he enterado del fallecimiento de Chano Lobato.
Su cante, tanto al decirlo en el más puro quejío, como en el tono más festivo, iba seguido de un ambiente jovial, alegre y chistoso. Su cara le sonreía en cuanto acababa cual fuera su interpretación. Gracia y simpatía era lo habitual.
Juan José Téllez ha dicho de él que "el cante de Chano se había convertido en la Piedra de Rosetta de los cantes de Cádiz".
Chano Lobato cantó de todo y mucho, dedicando bastantes años al acompañamiento de grandes figuras, como Antonio el bailarin, con el que permaneció 16 años. A él nunca le importó el "cante p'atrás", y es que cuando hay arte, igual se valora el trabajo esté donde uno esté.
A nadie oí hablar negativamente de su cante. Incluso yo misma no l0 hice, cuando le escuché muy recientemente a través de un DVD grabado del programa Generaciones del canal Andalucía en el que se le veían muy mermadas sus facultades, pero donde plasmaba su habitual disposición. No pensé yo entonces, hace apenas un par de meses, que ésto venía tan rápido.
Se está terminando un busto de su persona. Se le rendirán homenajes. Pero el mayor de todos es el que él mismo se labró con su buen hacer: el recibir el dolor de todos los aficionados, y la certeza de permanecer siempre en la memoria como una de las grandes figuras.

1 comentario:

Juan Duque Oliva dijo...

Una gran perdida sin duda