Que el futuro del flamenco corría peligro ha sido una constante casi desde sus principios, cuando todavía tenía pocos años de vida pública.
Ya Demófilo comentó sobre una posible degradación.
Fué más tarde Dn. Manuel de Falla, quien con un temor semejante, y con el fin de impedirlo, organizó, junto con Federico García Lorca, el conocido Concurso del Cante Jondo de Granada-1922.
Del mismo modo en la década de 1950, Antonio Mairena oponiéndose a la Ópera Flamenca y al cante adulterado de la época, se plantó ante la situación y comenzó, seguido de otros, el movimiento de revitalización del mismo que todos conocemos.
Incluso en momentos no muy lejanos también hemos oído lamentos sobre este futuro del cante, sobre todo en zonas apartadas de Andalucía.
Sin embargo hoy no creo que nadie tema por ello, especialmente en cuanto a su desaparición se refiere. A la vista está el resurgimiento general habido, incluso antes de la declaración por la UNESCO de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, por no decir el brote dado a partir de entonces.
Llama sobre todo la atención cuando esto se da en sectores que no les une una relación directa: Hay cocineros que tratan sus menús con citas flamencas; actores de generos diferentes que también sus espectáculos los relacionan con él; he oído algo sobre una Miss Flamenca; se lanzó una emisión de lotería, y recientemente se ha repetido, haciendo referencia a ello; cada día más música distinta se fusiona con lo jondo; se quiere divulgar en los hoteles de Andalucía; algún museo junto con sus pinturas flamencas ha organizado sesiones de cante y baile; se está proyectando una ciudad del flamenco, asi como el año del mismo...
En fin, parece que todos quieren apostar por él. Y esto no me parece mal. Otra cosa es ver a qué vamos a llamar flamenco; qué nos van a ofrecer como tal...
Hoy, con este nombre, se hacen músicas muy bonitas, pero ¿son realmente flamenco?
Por supuesto que la vida ha cambiado. El momento actual no es el que se daba en la época de su nacimiento. De todos es conocida aquella Andalucía golpeada por la pobreza, asi como la dura vida de los gitanos, donde entre todo ello se originó este arte.
Afortunadamente la situación social no es la misma.
En estos momentos el flamenco es para muchos una profesión, un medio de vida, y como tal, un trabajo remunerado.
El cantaor no es aquel de antes que cantaba por muy poco o por nada, y que tan vergonzosamente se abusó de ello.
Este trabajo profesionalizado ha cambiado su dimensión. Ya no es la expresión como denuncia o bien como desahogo de sentimientos, que llevaba implícita la tragedia de sus vidas.
Además estos flamencos hoy suelen contar con unos medios distintos: un esparcimiento cada cual a su medida. Una vez finalizado su trabajo, a diferencia de entonces, tienen unos hogares dignos donde disfrutar también de otras aficiones.
Pero todo ello no le ha quitado valor a su arte.
El cante de ahora es perfecto porque se ha ensayado, pulido... Es puro, genuino, preparado; en contraste con el cante de antes, espontáneo, como salía de dentro; únicamente motivado por la necesidad del momento, pero con una carga de emotividad y duente capaz de quitar el sentido a cualquiera.
Guardo una grabación, que me envió hace tiempo el amigo Rufo Martínez de la Unión, con unas palabras de Pencho Cros, aquel minero y cantaor de esa localidad, 3 veces Lámpara Minera, y que leyendo su Pregón en el 31 Festival confesaba:
{... } tampoco soy artista de escenario o tablao. Asi pués, como testigo de mi destino cantaor pondré a las noches estrelladas de invierno o a las estrechas callejuelas unionenses, y por qué no decirlo, a algunos garitos buscados ansiosamente para poder echar al viento la pena con la melancolía del cante {...}
{...} muchas veces en mi juventud he buscado desesperadamente la última tasca abierta para encontrar a quien quisiera escuchar flamenco {...}
Estas palabras de Pencho Cros son las de muchos, tantos, tantísimos, que necesitaban el cante para serenidad de su alma.
Disfrutemos del flamenco, pero sepamos respetarlo, guardándolo sin consentir que, como ya temieron nuestros antiguos maestros, lo desvirtúen y lo conviertan en lo que no debe ser.
4/9/11
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9 comentarios:
Dices, Ramona, que en momentos no muy lejanos seguimos oyendo lamentos sobre el futuro del cante, sobre todo fuera de Andalucía. Yo te digo que aquí también:
1) En septiembre de 1996 aparece en ABC de Sevilla un manifiesto en el que, entre otras cosas se dice: "nadie suficientemente informado puede negar que el arte flamenco y gitano andaluz atraviesa momentos de cierta confusión y desconcierto". Lo firmaba un grupo de personas, encabezadas por el poeta y ¿flamencólogo? Caballero Bonald.
29 En diciembre del mismo año aparece otro manifiesto en el que leemos "El cante flamenco está viviendo tiempos de auténtico confusionismo". Entre los firmantes estaban Antonio Gala, Naranjito de Triana y ex presidente de la Junta Rodríguez de la Borbolla.
3) En 1997 y en Málaga, Antonio Gala hizo unas declaraciones en las que habla de que el flamenco corre peligro.
No te canso más: el tema da para varios folios. Saludos desde la Sultana
Querida amiga.
Felicitaciones por tu exposición directa y personal del tema,siempre generador de polémica con todo sus bemoles,me gusta mucho la afirmación: desde el respeto,más allá de las opiniones encontradas al respecto.
Yo insisto siempre en que la difusión y educación.
Abrazos fuertes.
Gracias, Andrés, por abundar en el tema
Abundo en el tema para corroborar que llorones siempre los ha habido y los sigue habiendo. Otra cosa es que yo comparta sus llantos. El Flamenco es un arte vivo y como tal puede evolucionar e incluso mutar.¿Por qué no ha de seguir siendo Flamenco? El tema es muy complejo, pero de momento, amiga Ramona, recomiendo a todo el mundo la lectura del libro "Alegato contra la pureza" del escritor malagueño Ortiz Nuevo.
Interesante artículo de opinión sobre un tema muy polémico por su subjetividad. Tú lo haces con respeto y sin atribuirte la posesión de la verdad absoluta, lo que es de agredecer.
Es cierto que aquel flamenco añorado, que no nació para ser espectáculo, ya no se da. Pero también lo es que la evolución natural de todas las cosas de este mundo también ha afectado al flamenco.
¿Eso es malo para el flamenco?
Aquí es donde está el punto de discrepancia entre los aficionados.
En mi opinión lo que daña al flamenco son las malas obras o los malos artistas. Todos estamos de acuerdo en que cada cual es libre de crear lo que le venga a su imaginación. Luego está el público que juzgará y comprará o no comprará y no creo que nadie pueda arrogarse el derecho de decir a la gente lo que ha de comprar o no. Cada cual lo hará según sus gustos.
No sabemos como será el flamenco del siglo XXII o mejor dicho no sabemos a qué llamaremos flamenco en el siglo XXII. Pero lo que sí creo firmemente es que nunca morirá ni se convertirá en una pieza de museo como le está sucediendo a la zarzuela por poner un ejemplo.
Si queremos un flamenco vivo habrá que aceptar su evolución. Otra cosa, insisto, son los gustos personales. A mí me gusta más una seguiriya de Manuel Torre que una canción de Ketama pero eso está dentro de la subjetividad que engrandece este arte.
El tiempo, con permiso de mi amiga Estela Zatania, dirá lo que sea al respecto.
Saludos flamencos desde Cáceres
Abundando en el tema te recuerdo algunos escritos al respecto en mis blogs:
http://soliloquiosflamencos.blogspot.com/2011/02/prospectiva-del-flamenco.html
http://pedelgom.blogspot.com/2009/11/agoreros-del-flamenco.html
Saludos flamencos desde Cáceres
Me uno a las felicitaciones de América y a todas sus palabras. He aprendido y sigo aprendiendo junto a Vos Querida Ramona. Muchas Gracias por esta opinión, que también es una clase! Apretado abrazo guapa!
Hola Ramona, despues de las vacaciones del verano volvemos a la rutina de siempre, espero las hayas disfrutado.
Aprendemos mucho sobre la cultura del flamenco en tus bonitos post,
el flamenco puro estilo español,
en los ultimos años su popularidad ya ha llegado hasta el Japón.
un abrazo.
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