Encarnación Fernández
Encarnación no solamente ha tenido a bien concederme una entrevista, sino que lo ha hecho con la generosidad de recibirme en su casa donde mantenemos una cálida conversación.
Pertenece a una familia de
tradición flamenca muy considerada en La
Unión.
Procedentes de la provincia de
Alicante se establecieron en esta ciudad, y es aquí donde están dejando un arte
que empezó con el guitarrista Antonio Fernández, su padre, y termina, de
momento, en su hijo, el también guitarrista, Antonio Muñoz Fernández. Y entre
guitarrista y guitarrista se alza esta voz inmensa, cantaora grande, completa…
Está también la guitarra de mi hermano Rosendo. Cuando mi padre dejó la
guitarra se la entregó a mi hermano porque mi hijo era muy pequeño todavía; y ya
después mi hijo cogió las riendas y es profesional en la guitarra, es Bordón Minero, sí, se lo dieron cuando no tenía
aún 14 años.
Se dice de ella que aportó a los
cantes de las minas el estilo gitano de su etnia, del que estos carecían. Sí.
Encarnación: ¿cómo y a qué edad
descubriste tu cante? Bueno descubrí mi
cante a los 15 años, pero yo empecé a cantar, a cantar como una niña, con 7
años. Llevábamos una compañía que le llamaban “Soleá”, y salíamos las dos
hermanas. Bueno, de momento iba yo con mi padre y niño Alfonso, que es de aquí
del pueblo, y algunos más que iban que yo no recuerdo, y tenía ya te digo 7
años. Ponerme firme en los festivales
fue a raíz de que yo escuchaba a Pencho que era muy amigo de mi padre, en mi
casa era un hermano más de mi padre, y a raíz de eso, yo escuchándole a él…
Entonces yo tenía unos 15 años o por ahí, y no cantaba flamenco, flamenco; yo
cantaba con la Marifé de Triana, me gustaban los cantes más bien… más
ligeros, sí, la copla. Pero a partir de
eso empecé a cantar una minera, la que le escuchaba a él. Empecé a canturrear,
a canturrear, y mi padre dice: esta niña canta muy bien, ahí hay… Venían los dos de fiesta, de estar por ahí, y al
acercarse a la puerta me oyeron cantar, y dice: vamos a esperarnos Pencho, que mi
hija está cantando, a ver, a ver cómo le sale esa minera. Y entonces me
escucharon y vio que cantaba bien. Entró dentro y dice: “venga, hay que
prepararla porque esta niña… hay que lanzarla, sí, hay que lanzarla (risas). Y nada, así surgió. Ya de allí me
presenté; me dieron premios noveles, segundos, de todo tipo. y esta tarde te
conceden el Carburo de Oro, sí, hasta que
llegaron en 1979 y en 1980 dos premios consecutivos, que fueron las Lámparas
Mineras. También tengo el que me dio
Paco de Lucía, y el Melón de Oro de Lo
Ferro. Tengo premios especiales de muchos sitios que he estado, en
Mairena del Alcor… Allí donde vas triunfas, sí. Y sobre todo el Festival. Yo soy “Encarnación Fernández” gracias al
Festival…
Háblame también, solo de ti, sí, de la Encarnación no cantaora,
sino la mujer situada en su vida,
sí, su trabajo, su familia… y que posiblemente sea ahí donde más a gusto te
hayas cantado para ti misma… de esa Encarnación del día a día. ¿Del día a día? Pues yo he sido una mujer de
mi casa, que acude a sus hijos, que acude a sus nietos, que hago mi comida, que
voy a mi compra, que lavo; todo, porque a mi me gusta hacerme yo mis cosas; y
acudo a mi marido, y esa es mi vida cotidiana.
Tú ¿te has movido únicamente por
esta zona, diríamos, o también por el resto de la geografía? Si, he ido a muchos sitios: a
Madrid, a Cantabria, Cáceres, Valladolid; y me he cotizado con muchos artistas
como José Menese, hermanos Mairena, José Mercé, Carmen Linares, muchísimos
artistas, Bernarda y Fernanda, Camarón de la Isla ¿has cantado con ellos?, sí, con Paquera de Jerez, Aurora, bueno con
todas las artistas que hoy hay, Marina Heredia, Mayte Martín que le he puesto
muchos cantes yo, tiene una voz preciosa, porque esa nació para cantar. Canta
muy bien, pero estos cantes no los conocía, y yo se los enseñé. Ella es de
Cataluña, sí, de Barcelona, sé donde
vive, he conocido a sus padres, y a ella la conocí con 11 años que estuvo en mi
casa tiempo; como a la Susi, a la que canta, también la tuvimos en mi casa más
de un mes ¿se hospedó en tu casa?, sí, vino aquí a cantar, porque ella bailaba antes, ¿quién Mayte Martín?, no, no, la Susi, bailaba antes de cantar, y
ya después de escucharme a mi le gustó el cante, y dice: “me gustaría cantar
como Encarnación ( risas)
Oye, y ¿teneis ya a la vista
alguien de las nuevas generaciones que puedan continuar con esta saga? No se sabe porque mis nietas, la mayor
tiene 20 años, pero cantar no le gusta mucho, ella sale cuando estamos
nosotros, en juerga familiar si sale, pero lo que es lanzarse así, no, y las
otras son muy pequeñas. La otra que le sigue tiene 13 años, 15, tengo otra con
10, otra con 9, otra con 7, 2, así más o menos. Todo niñas, nietos no tengo más que uno de mi Enrique,
que es el único niño que hay en la
familia ¿Cuántos hijos tienes tu? Yo
tengo dos chicos, mi Enrique, que es el mayor, y mi Antonio, y después tengo mi
Luisa, y mi Encarni, cuatro.
¿Tú crees que muy buenas
cantaoras han triunfado menos por el hecho de ser mujer? Me refiero en tiempos
pasados, no ahora. Mira, ayer salí satisfecha del concurso porque al cante
fueron 5 artistas y las 5 eran mujeres. Olé y olé. Sí, hoy hay más mujeres que hombres, si, si, si, las mujeres…habemos
más mujeres que hombres, antes había muy poquitas. Tú sabes que había
algunas que valían mucho y no se promocionaban, tal es el caso de Anita la
Piriñaca, hasta que moría el marido. Es
que no cantaban para el público porque los maridos no querían, y ya cuando se
quedaban libres, como ellas eran las que mandaban pues decían: bueno ahora voy
a sacar un poco de partido, voy a hacer lo que yo quiera… Ahora las mujeres
hacemos lo que queremos…(risas) Afortunadamente, sí, afortunadamente.
Ya hemos hablado de que hoy te
entregan El Carburo de Oro, que ganaste varios trofeos, entre ellos dos veces
la cotizada Lámpara Minera; que fuiste la primera mujer en ganarla, no, hubo aquí una antes que yo, no sé como
se llama, pero creo que hubo antes otra y a los muchos años salí yo. De
esto ya hace tiempo, ¿no piensas presentarte de nuevo?, si me dejaran sí, ¿si te dejara quién?, los que organizan el cante de las minas. El que tiene más de una
lámpara hoy ya no le dejan, antes sí, porque Pencho tuvo tres, luego dejaban
dos veces cuando yo me presenté, pero
ahora si tienes una ya no puedes participar más.
¿Tú estás yendo a los concursos
estas noches, qué opinas? Bueno, yo te
voy a decir, Tienen unas voces muy buenas, y cantan muy bien, lo que ocurre es
que una minera bien cantada, como se hacía, voy a hablar de 10 años atrás, no
se ha cantado en el Festival. ¿En qué sentido? Eso lleva una línea y no hay que salirse, unas medidas. El
garganteo según en qué cantes lo puedes
meter, en unas malagueñas, en unas granaínas; una minera no puede gargantear, y
la mayoría de gente lo hace. Entonces el gargantear ahí no vale para nada. Yo
pienso que hay muy buenas voces, yo las veo bien, cantan muy bien, pero este
cante hay que hacerlo tal y como es, eso está hecho así. La minera es algo
precioso, hay que cantarla con el corazón, sintiéndola, si lo que tú estás
cantando lo expresas, sale preciosa, no hace falta más, no, pero hay que sentirla, sobre todo hay que vivirla
¿Has tenido mineros en tu
familia? Bueno, mi suegro, murió de
silicosis, sí, sí. ¿Tu marido ya no fue a la mina? Mi marido ya no, no lo dejé yo tampoco. Mi marido es lo bueno que
tengo, porque me ayuda mucho. Porque si yo estoy desmoralizada o tengo mal
humor, o no me apetece hacer esto… No, no, no, Sí, sí, sí, esto es lo que te
gusta… Porque hay momentos, por lo que sea, que te bajas de moral, y quién
no, hay momentos que entonces necesitas
ese apoyo, ese momento de decir, no, no, no, tú no tienes que bajarte, tienes
que seguir adelante, esto es lo que a ti te gusta…y no puedes abandonar una
cosa de este calibre por un momento de horas bajas. Por supuesto.
Encarnación, esta entrevista será
visitada por gentes muy remotas, porque va a Internet. Algunas es fácil que
todavía no te conozcan, ¿quieres para terminar dirigirte a ellas con el mensaje
que más te salga del corazón? Pues sí,
les puedo decir que este cante es muy bonito. Estos cantes de aquí de
levante son muy preciosos, son unos
cantes con mucho sentimiento y hay que sacarlos de muy adentro, de muy
profundo, del corazón, y para cantarlos hay que cantarlos tal y como son y nada
más, y no adornarlos.
Gracias, Encarnación, ha sido un
placer estar contigo.
Gracias a ti.
1 comentario:
Querida Ramona:
No sé que alabar más: si la trayectoria como cantaora de Encarnación o su naturalidad como mujer de su casa, madre de sus hijos y abuela de sus nietos.
Siempre he admirado a esta gran mujer y mejor cantaora que se merece todo lo que le den y siempre se quedarán cortos. Un abrazo virtual muy fuerte para ella, una de la mujeres más admiradas por este pobre aficionado
¡Ah y mucha sana envidia de ti por haberla tenido tan cerca y haberle hecho tan entrañable entrevista.
Un abrazo muy flamenco para las dos
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