31/5/14

Entrevista a Hernández-Luike

En 1985 Enrique Hernández Luike compone un cante de levante para minera y gana el premio Andrés Cegarra Salcedo en el 25 Festival del Cante de Las Minas de La Unión:



Vi un minero en la cantina
con mucho conocimiento.
Quien trabaja en una mina
conoce el mundo por dentro
y lo demás lo adivina.

También gana el premio Mesa-Café para otras letras de cante. En 1986, al volver a La Unión por ser premiadas de nuevo sus coplas, le esperaba Pencho Cros que le ofrece su amistad y le lleva al Cabezo Rajao, donde allí los dos en completa soledad, se la canta; Hernández-Luike queda de piedra, según cuenta él mismo, y le responde con un trovo de agradecimiento que le improvisa emocionado:


Una minera escribí
la premiaron en La Unión
¡Qué gran emoción sentí!
Me la cantó Pencho Cros
y entonces la comprendí.

En ese momento se crea una amistad, a lo largo de la cual le va introduciendo en situaciones y detalles de la vida unionense que llevan a Hernández-Luike a escribir cantes y cantes dedicados a su ya amigo Pencho Cros:


Hay concurso esta semana
en el festival del Cielo.
Cantan Antonio Piñana
y el Rojo el Alpargatero.
Sólo Dios sabe quién gana.
--------
Pa el día de San Silvestre,
la fiesta de El Garbanzal,
te compro un traje celeste
en El Águila Imperial
me cueste cuanto me cueste.

Cuando le entregan a Pencho la Medalla de Oro de la ciudad, le compone otra copla. Ante el altar se la canta a la Virgen:


Esta medalla, Señora,
recibida por mi cante,
a tus pies la pongo ahora
y aquí me tienes delante
como un chiquillo que llora.

Hernández-Luike, lleva 63 años de actividad informativa del Motor en España, con extensión a Portugal, México, Argentina y Brasil y con el apoyo de cientos de empleados fijos y múltiples colaboradores. Por ello, el Ministerio correspondiente le concede la Medalla del Trabajo. Al año de su ingreso en la Escuela Oficial de Periodismo fundó la agencia informativa Motor Press, ingresó en el diario “Pueblo” en la Cadena SER y fue editor de la revista “Motociclismo”. Por ser miembro muy activo de la Fundación RACE, recibe su Medalla de Honor en 2001, y el Circuito de Jerez le concede la Medalla de Oro. Durante dos legislaturas preside la Asociación de Revistas de Información (ARI). En tres ocasiones preside el Comité Organizador del Internacional Car of de Year. En su juventud formó parte del equipo subcampeón del Rally de la Federación Internacional Motociclista en Scarborouhg y, al año siguiente, del equipo campeón en Florencia. Hace tres años fue nombrado Personaje Ilustre del Motor por la Asociación Española de Profesionales de la Automoción (ASEPA)…

Sin duda, por su gran afición y prolífica creación editorial, es uno de los más fuertes impulsores del periodismo del automóvil y la moto como rentable especialización. Es presidente de la Fundación LUIKE, dedicada a fomentar la conducción responsable con cursos especializados en dominio del estrés, control de derrapajes, prueba de vehículos y práctica de información, en colaboración con ASEPA y Universidades, próximamente con la universidad madrileña Antonio de Nebrija,



¿Con una vida de editor y periodista tan dedicada al motor, forzosamente tenía que ser la poesía la válvula de escape en tu vida?
Mi vida comenzó con la poesía. A los 13 años edité el primer número de “Lagrimas y Claveles”, una revista anual de las fiestas primaverales de Sevilla, con poemas míos y también de buenos poetas sevillanos, incluido el Rector de los Escolapios, Padre Moisés Rodríguez. Por aquellas fechas el Padre Moisés dio una conferencia en el Ateneo titulada “Chispas del Yunque” con poesías mías. Cuando me casé y aquel Rector conoció a mi mujer, le preguntó si comíamos caliente todos los días. Le informó de mis negocios periodísticos y exclamó:”¡Qué peso me quitas de encima! Creí haberle hecho solamente poeta”.

He visto cómo esta dedicación poética se extendió también a temas referentes al motor y a todas sus vivencias. También un buen día el Ayuntamiento de Sevilla te concede el premio Antonio Machado por una oda al Guadalquivir.
Siempre me gustó ver la parte poética de cualquier tema, desde muy joven, a veces con algún premio sencillo pero agradable. Mi profesor de química me retó un día en clase: “Señor poeta: si mañana me trae en verso el sistema periódico de Werner, con los 90 cuerpos simples y sus características, le pongo un diez”. No dormí mucho pero cumplí y me gané la buena nota. Todo es versificable y, además, puede inspirar poesía. Se puede ver en mis libros “Poesías entre paréntesis” y “Ave Fénix”.

El Festival del Cante de las Minas de la Unión te ha premiado ocho letras de flamenco, te ha galardonado con el Castillete de Oro y, en la iglesia del Rosario se canta tu misa minera todos los años. Y de aquí nos vamos ya a una de tus pasiones: el cante de Pencho Cros, para quien editas el libro titulado “La carpeta de Pencho Cros”, donde aparecen las letras de los cantes que más le gustaba interpretar. ¿Cómo y cuando decides escribir por cantes de levante?
Quise aportar un punto diferente de la minera precisamente con la premiada en 1985. La amistad con Pencho y sus relatos me inspiraban a escribir para La Unión. Su cronista, el inolvidable Asensio Sáez, me manifestó: “Tus letras son perfectas y tienen un sello particular, como si estuvieran firmadas”. Desde ese momento dejé de participar en los concursos del Festival, aunque seguí volcado en los cantes de levante.

No veo razón para ese cese.
Si el estilo de mis letras descubrían al autor, mi participación dejaba de ser secreta para el jurado, del cual formaban parte Asensio Sáez y el propio Pencho.
Todo un rasgo de honradez.

Cuando yo te pregunté que me dijeras algo de tu vida flamenca, me respondiste que todo empezó por ser admirador de Pencho Cros y un enamorado de La Unión. ¿Qué tiene esta ciudad que tanto enamora a quien la ve? ¿Es su connotación minera o la flamenca, que no se sabe cual de las dos engancha más?
La mina fue en La Unión, durante su actividad minera, un misterio suficiente para atraer la atención de la literatura, de la poesía y la admiración de todos. Además forjó a quienes la trabajaban o la vivieron. Creó un carácter de sacrificio, esfuerzo y simpatía, heredado por los unionenses. Todo eso lo expresa el estilo de su flamenco.

¿La amistad con Pencho impulsó tu plena introducción en el flamenco?
En efecto. Las charlas con Pencho Cros y con Paco Rabadán fueron definitivas en mi afición a crear letras para cante y a disfrutar con ello. Aunque me he centrado en La Unión, aporto algunas cosas para otros lugares, acontecimientos y cantaores concretos. Isabel Lebrero acaba de actuar con letras mías ante los internos de la cárcel de Sevilla, en segundo año consecutivo. También tienen letras mías, a su disposición, el genial Miguel Poveda, Argentina, Jeromo Segura –Lámpara Minera en 2013-, Paco Rabadán, Curro Lucena, mi consuegro Ricardo Black “El Quijote” y muchos otros a quienes no conozco por falta de tiempo, porque sigo trabajando a fondo en mi editorial de revistas, particularmente con “Autofácil”, especie flamenca del Motor porque lo da todo en sus versiones de papel y por Internet, entregándose a la Verdad en cuerpo y alma. Como los buenos cantaores.

Ahora ya con una vida larga, y bastantes experiencias a tus espaldas, ¿que afición prima más: la del motor o la de la poesía?
Para mí el motor ha sido muchas experiencias, acción, curiosidad, información y medio de vida. Puede existir en mí en convivencia con la poesía profunda o ingeniosa y con las letras para apoyo del cante.

Un día de luna llena Pencho Cros fallecía, y en el tanatorio, a petición de su hija Isabel, Hernández-Luike componía el último cante al amigo minero y cantaor, que ahora está grabado en su lápida:


En noche de luna llena
se nos marchó Pencho Cros.
El cante llora de pena
Pero el eco de su voz
en la gloria cómo suena.



2 comentarios:

Pedro Delgado dijo...

La verdad es que asombra que un hombre del motor sea poeta y además flamenco... Pero como él dice "todo es "versificable" y la vida sin poesía no sería lo mismo...

América dijo...

Merecido reconocimiento,una figura que merece toda nuestra admiración,sin duda es poeta por encima de todo.
Un fuerte abrazo mi querida Ramona.