11/3/12

Caracolillo

He leído en los obituarios del diario El Pais fecha 5 del corriente mes, la noticia de la muerte de Federico Casado Algrenti "Caracolillo". Miembro que fue, en su momento, de la agrupación "Chavalillos de España".

Se me ha nublado la vista, y como por arte de magia me he trasladado a mi isla de Mallorca, a la ciudad de Palma, y al Teatro Lírico, hoy desaparecido. Era un día en que actuaba el espectáculo "Los Chavalillos de España". Me llevó mi padre a verlo cuando yo era todavía una niña.


Entonces no lo supe, pero ahora a la par que soy conocedora de esta noticia, me entero por Alertas Google, y por su propio blog, de que uno de aquellos chavalillos iba a ser más tarde primer bailador de la Compañía de Pilar López, que luego actuaría con su propio ballet en el Radio City Music Hall de New York y en programas de TV como Ed Sulivan; en el Teatro Bijou de Broadway y en los Salones del Hotel Waldorf Astoria, para pasar a dirigir su propia Escuela de Baile en Triana, quedando ésta homologada al actual Conservatorio de Sevilla de donde han salido grandes figuras para el Ballet Nacional y otras afamadas academias. Que fue reconocido por la Junta de Andalucía y el Ministerio de Educación y Ciencia con autorización para impartir el grado medio y superior. Que posee la Condecoración de Caballero de la Orden del Mérito Civil, consiguiendo asi el tratamiento de Ilustrísimo. Y que se casaría con Juanita Reina, a quien tanto admiré, con la que tendría un hijo que sería el periodista Federico Casado Reina.

Pero en estos momentos lo que resalto con emoción, es recordar que en su niñez perteneciera a esta agrupación que significó mucho para mí.

Era mi segundo encuentro con el flamenco y me dejó mella.

La primera, como otras veces he citado, fue aquel día que estando yo con siete años, jugando en la misma habitación donde mis padres y abuelos escuchaban la radio, sonó un cante, ¿Quizá una copla? ¿un romance? ¿ una zambra?... Interrumpí, y me acerqué al aparato como queriéndolo oir mejor. Hablaba de gitanos, de aire libre, de polvo recogido en el camino... Aquello en mi imaginación infantil me fascinó. A partir de ahí cada vez que sonaba la radio quería encontrar algo parecido. Esta llamada al flamenco fue seguida pocos años más tarde por ese impactante encuentro en el Teatro Lírico.

Fueron dos tirones, los primeros, de esto que hoy significa tanto para mí.

A Caracolillo lo he conocido ahora, con su muerte. Entonces no supe de él individualmente. Era solo uno entre todos los demás de un grupo donde no había primeras figuras.

Hoy sé que aquellos Chavalillos de España fueron uno de los motores que impulsaron mi flamenco.

Descanse en paz Caracolillo.


(Fotografía del blog de Caracolillo)

2 comentarios:

Pedro Delgado dijo...

¡Qué baile en paz donde quiera que esté!

América dijo...

Emotivos recuerdos,como no traerlos cuando hicieron mella y marcaron tu afición por el flamenco.
Un figura que se engrandece con ese cálido homenaje que nos dejas.
Un fuerte abrazo.