14/10/22

ÉL

Hace seis años paré temporalmente este blog para dedicarme por completo a Eduardo en su penosa enfermedad.

Quise darle todo a quien todo me dio.

Falleció el pasado 18 de septiembre, y hoy vuelvo con esta última entrada para cerrar definitivamente todas las anteriores. 

Eduardo ha sido mi esposo, mi compañero, mi amigo y el padre de mis hijos.

Y por encima de todo fue un hombre bueno.

Con esta característica se le conoció siempre y así fue su vida hasta el final; aceptando en silencio todo lo que con él se tenía que hacer y todo por  lo que tuvo que pasar, llamando la atención a enfermeros y médicos que le asistieron.

Excesivas pueden pareceer estas palabras, procedentes de mí y en estos momentos en que nos ha dejado. Más crédito tendrán las que guardo de su quizá máximo adversario, aquel reo que en la Sala de Vistas, durante un juicio, dirigiéndose a él le dijo: "Usted no es un buen Fiscal; usted es un Fiscal bueno".

La vida esta hecha de etapas; yo he vivido ya muchas, la mayoría con él desde el día en que decidimos hacer la vida juntos, donde de todo lo que hemos hecho, lo mejor se llama: Antonio, Edi, Rosa y Arantxa.

Ahora empieza otra etapa, en la que lo único que deseo es paz. Tendré a mis hijos, a mis nietos,biznietos, familiares y un grupo de buenos amigos. Y le tendré a él, porqué haciendo mías las palabras de José Mercé, dedicadas a su hijo:  

"JAMÁS DESAPARECE LO QUE NUNCA PARTE". 

 


 Aquellas rosas rojas...

4 comentarios:

Juan Uriarte dijo...

Hermosas palabras , amiga. Sos muy afortunada al haber tenido un compañero de vida tan maravilloso. Deseo tengás una muy buena andadura en este nuevo camino que comienza. Un afectuoso saludo

La Gaceta Flamenca- Ramona dijo...

Gracias, Nani.

Gracias,Juan.

Contad siempre con mi amistad.

Pedro Delgado dijo...

A fuerza de ver siempre lo mismo no te fijas en lo que tienes más ante tus ojos.

Acabo de percatarme de tu publicación de hace un mes y me entero de la triste noticia de la marcha de Eduardo a la eternidad y me he quedadeo sin palabras.

Recurro a la poesia flamenca y recuerdo aquel cante de Manuel Molina que dice:

Que nadie vaya a llorar
el día que yo me muera.
Es mucho mejor cantar,
aunque se cante con pena.

Un abrazo muy sentido y muy flamenco
Siempre a tu disposición

La Gaceta Flamenca- Ramona dijo...

Gracias,Pedro. Me alegro de saber de ti. Nos unió buena amistad a través de este bendito flamenco,y por mi parte siempre continuará, porque la verdadera amistad no desaparece con el silencio.
Yo continúo con mis discos, mis libros y lo que la tele me aporta de ello, pero he cunplido años y no me veo con fuerzas para dedicar el esfuerzo que necesitaba mantener este blog. Tú, si tienes fuerza, continúa, sé que para ti supone lo mismo que supuso para mí, y vale la pena.
Si alguna vez venís por aqui, me teneis como siempre.
A los dos mi cariño.