Hace seis años paré temporalmente este blog para dedicarme por completo a Eduardo en su penosa enfermedad.
Quise darle todo a quien todo me dio.
Falleció el pasado 18 de septiembre, y hoy vuelvo con esta última entrada para cerrar definitivamente todas las anteriores.
Eduardo ha sido mi esposo, mi compañero, mi amigo y el padre de mis hijos.
Y por encima de todo fue un hombre bueno.
Con esta característica se le conoció siempre y así fue su vida hasta el final; aceptando en silencio todo lo que con él se tenía que hacer y todo por lo que tuvo que pasar, llamando la atención a enfermeros y médicos que le asistieron.
Excesivas pueden pareceer estas palabras, procedentes de mí y en estos momentos en que nos ha dejado. Más crédito tendrán las que guardo de su quizá máximo adversario, aquel reo que en la Sala de Vistas, durante un juicio, dirigiéndose a él le dijo: "Usted no es un buen Fiscal; usted es un Fiscal bueno".
La vida esta hecha de etapas; yo he vivido ya muchas, la mayoría con él desde el día en que decidimos hacer la vida juntos, donde de todo lo que hemos hecho, lo mejor se llama: Antonio, Edi, Rosa y Arantxa.
Ahora empieza otra etapa, en la que lo único que deseo es paz. Tendré a mis hijos, a mis nietos,biznietos, familiares y un grupo de buenos amigos. Y le tendré a él, porqué haciendo mías las palabras de José Mercé, dedicadas a su hijo:
"JAMÁS DESAPARECE LO QUE NUNCA PARTE".
4 comentarios:
Hermosas palabras , amiga. Sos muy afortunada al haber tenido un compañero de vida tan maravilloso. Deseo tengás una muy buena andadura en este nuevo camino que comienza. Un afectuoso saludo
Gracias, Nani.
Gracias,Juan.
Contad siempre con mi amistad.
A fuerza de ver siempre lo mismo no te fijas en lo que tienes más ante tus ojos.
Acabo de percatarme de tu publicación de hace un mes y me entero de la triste noticia de la marcha de Eduardo a la eternidad y me he quedadeo sin palabras.
Recurro a la poesia flamenca y recuerdo aquel cante de Manuel Molina que dice:
Que nadie vaya a llorar
el día que yo me muera.
Es mucho mejor cantar,
aunque se cante con pena.
Un abrazo muy sentido y muy flamenco
Siempre a tu disposición
Gracias,Pedro. Me alegro de saber de ti. Nos unió buena amistad a través de este bendito flamenco,y por mi parte siempre continuará, porque la verdadera amistad no desaparece con el silencio.
Yo continúo con mis discos, mis libros y lo que la tele me aporta de ello, pero he cunplido años y no me veo con fuerzas para dedicar el esfuerzo que necesitaba mantener este blog. Tú, si tienes fuerza, continúa, sé que para ti supone lo mismo que supuso para mí, y vale la pena.
Si alguna vez venís por aqui, me teneis como siempre.
A los dos mi cariño.
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