2/9/13

La Unión /10


Pencho Cros

No se puede venir a La Unión y hablar de ella sin nombrar a Fulgencio Cros Aguirre, Pencho Cros (1925 – 2007).


Aquel minero y cantaor que llevaba el cante en lo más profundo de su alma, pero que huía de expresarlo ante multitudes, prefiriendo hacerlo en grupos de amigos y cabales – si podía ser en la madrugada que es cuando más sentía el duende- y que al decir alguien “que no era artista de escenario o tablao”, lo confirmó con estas palabras: “…como testigo de mi destino cantaor, pondré a las noches estrelladas de invierno, a las estrechas callejuelas unionenses, y por qué no decirlo, a algunos garitos buscados ansiosamente para poder tomar la última copa de la noche, donde echar al viento la pena o la melancolía de un cante”.

Pencho Cros ya no está entre nosotros, pero he buscado una voz que nos hable de él, y nadie mejor que uno de sus hijos, que ha tenido la amabilidad de recibirme y compartir conmigo esta charla entrañable.


Pepe: ¿qué es lo más sobresaliente en la personalidad de Pencho Cros? Bueno, es que el nunca copió a ningún cantaor; el cantaba su creatividad, el creó su escuela. Mi padre fue una persona que le costó mucho trabajo, pero que mucho trabajo meterse en el mundo este del flamenco. Pero en el año 1952 apareció en La Unión Antonio Grau Daudet, hijo de Rojo el Alpargatero, y contactó con mi padre a través de dos personajes que también han fallecido: D. Félix Navarro y Julio Sáenz. Estos le llamaron, se fueron al Gran Bar de Cartagena, y allí el hijo de Rojo el Alpargatero estuvo cantando con mi padre. Antonio Grau  vino con el propósito de rescatar los cantes de su padre porque estaban perdidos, pero no fue posible. Volvió otra vez a Madrid, y allí el hombre, pues en los tablaos cantaba con Escacena y todo eso… Pero a mi padre le gustaba regalar el arte a la gente, no vivía por el dinero del cantar, vivía para regalar su arte; tú le caías bien, y te daba  todo su tesoro, si no le caías bien… ahí tenías una historia con él. Pero hay una anécdota  muy bonita antes de empezar él a cantar: Estaba en un bar con unos amigos y como se dice ahora” estaban a gusto”, con unas copicas de más, cantando, 



y llegó Jacinto Almadén, que era un cantaor de la escuela de Chacón –me parece que era de Puertollano, por esa zona era,-  y le dice “¿qué hace usted ahí cantando, por qué no sube al escenario, con esa voz que tiene usted?, y él le contesta: “es que soy un poco tímido”, “usted: suba al escenario”. Y al año siguiente de decirle eso Jacinto Almadén, es cuando mi padre ganó la Lámpara Minera.

Pencho Cros fue tres veces Lámpara Minera, en 1965, 1972 y 1976, así  como Pregonero del 32 Festival, y decía de esto:

“Con tantos sabios primero
el Festival de La Unión
quiso hacerme pregonero
y no sé porque razón
si yo solo soy minero”

Es Hijo Predilecto de La Unión, Medalla de Plata de su ciudad, y hay una calle con su nombre. Y sobre todo era querido y considerado por todos como una persona de talla y valía, no solamente en el plano artístico sino en el personal y humano. Todo esto que me estás contando está muy bonito, pero a él  no le gustaba todo eso. Él era un hombre de su pueblo. Mi padre no quiso ir a triunfar a Madrid. D. Ramón Perelló, el letrista de “Mi jaca”, “La bien pagá”…se lo quiso llevar con el maestro Montoya y mi abuelo no lo dejó. Si mi padre se hubiera ido a Madrid… Mi padre empezó a cantar a los 12 años, era un gran reproductor de los tangos, cantaba rancheras, le gustaba Frank Sinatra, le gustaba toda la música, si, la música, era más bien músico que otra cosa, pero lo suyo era los cantes de las minas, él se embelesaba con la taranta, la cartagenera, la minera…en el año 1966 gana la Lámpara, y en el mismo 66 el primer premio a la cartagenera.


Cantaor – minero ¿dónde lo situaríamos más en el cante o en la mina? La voz de mi padre era una voz muy jonda, una voz…¡yo qué sé!,  creo que nació en la mina, como tú dices, Crees que el cante le nació trabajando en la mina, yo creo que sí. Él aprendió más bien… porque los mineros salían de trabajar y aquí en las pequeñas tascas se cantaba mucho; se cantaba en una, en otra, en otra… y ahí fue recogiendo su tesoro musical de unos y otros, hasta que él hizo sus creaciones.



Fue también compositor de letras, sí, algunas hacía, las tiene registradas en la Sociedad de Autores. Mi padre ya te digo que… Al principio, los primeros festivales fueron terroríficos, porque no había nada más que dos mineras: “El taleguico”, y “El carburico”, y claro, pues mi padre llega al Festival del Cante de las Minas en el 65, y ya hace dos versiones de dos mineras distintas, que son: “Que ya duerme la barrena” y “Cortando plomo del tajo”. Con  La barrena es con la que gana la primera Lámpara Minera, ¿la compone él?, sí, esa letra es suya, y entonces ya fue transformando, transformando lo que es la minera, para que no se cantara solo lo que eran las mismas letras porque aburría un poco a la afición flamenca ¿no? Entonces una vez que empieza con eso, le crea un letrista de La Unión, Basilio Martínez, una minera muy especial, era una minera que  dice:

“Se oye un grito en el rundío
que me hiela el corazón
Dios mío ten compasión
que un barreno me ha crujío
Y no tengo salvación”

En esas fechas, mi padre empieza a evolucionar lo que es el cante por mineras, claro, que estaba, que había que jugársela, que una vez que tu haces la letra hay que cantarla con la música, no es que copió, es que la transformó y la creó. Entonces había la minera del Rojo, la minera de Piñana, pero mi padre hasta la fecha creó una escuela. Casi todos los cantaores que cantan esta noche hacen la minera de mi padre, que bonito. Había que transformar esto porque era la historia del cante de las minas. Luego, cuando ganó la tercera Lámpara, pues ya no quiso participar, porque ya era totalmente… cambiaron las bases porque sino  siempre se la llevaba… Y se las dieron gente que entendían de flamenco, entre ellos Pepe de la Matrona. La primera en el 5º Festival quien se la entrega es Antonio Grau Dauset, el hijo de Rojo el Alpargatero, y la tercera ya con los cambios políticos se la entrega el Almirante Lizalde.

Y luego han pasado mil historias, mil historias… Grabó con Paco de Antequera el primer disco en el 66, después grabó en las bodas de plata del Festival del Cante de las Minas, luego un disco LP “La Unión Minera y Cantaora”, con Piñana, el Macareno, Manolo Romero y Pencho Cros. También ha dejado un legado bastante amplio. Al entrar en la Comisión del Cante de las minas tuvo la oportunidad de enfocar a Miguel Poveda. Miguel Poveda con mi padre encontró una estrella; llegó a la Unión y tuvo la suerte de conocer a Pencho Cros.


Entonces cuando comenta “soy Pencho Cros,” el  muchacho dice: después de yo escucharle a usted día y día y día para prepararme la minera dice usted que es Pencho Cros, se vino abajo… Y mi padre le ofrece: mira, te vienes a mi casa, te voy a  corregir todos los fallos…Estuvo en mi casa más de un mes.


A Poveda se le apareció como un ángel, iba para arriba para abajo con mi padre. Poveda ganó con dos mineras,


Una minera que era con el estilo de Rojo el Alpargatero: “Compañerico” y la otra con el estilo de Pencho Cros: “Se oye un grito en el rundío”. Mi padre se embelesó con él y quiso ayudarle, - como dicen: el corazón se bandea cuando ven un artista-  y le ayudó, y Miguel es un hermano más; ha venido al Festival, que se le ha hecho un homenaje, y fue a mi casa a ver a mi madre. Lo queremos como tal es, como persona, como hombre del flamenco, que es un pedazo de  cantaor… A nivel humano no hay como él, no se puede describir todo.

Y aquí estoy yo metido en un tinglado muy grande, porque tengo toda la responsabilidad del legado de mi padre. Luchando con unos y con otros. Me voy por toda la geografía española seleccionando a todos los artistas que están esta noche aquí; menudos problemas tengo yo, es difícil elegir, es muy difícil,  sí, porque yo he venido todos los días y  digo, ayer mismo, había dos que me gustaron muchísimo, más que nadie, entre ellos está la Lámpara Minera, entre esos dos, ¿sabes cuales son? sí, no te lo he dicho, si : Sebastián Cruz Márquez y Jerónimo Segura, Jeromo, exacto, me gusta una chispa más uno de ellos, pero no quiero decirte quién es, no quiero influir, yo sí sé quien es, si eres flamenca, te voy a decir: Jeromo pellizca, pellizca, pero hay que reconocer que Sebastián tiene una voz metálica impresionante, pero Jeromo trabaja los medios tonos… Hay que ponerlos a cada cual en su sitio.  A los dos los he clasificado yo, y crees que va a salir hoy uno de los dos, uno de esos dos son la Lámpara Minera de esta noche, es emocionante, es emocionante. Y luego, que vas por todos los sitios y se te plantean una cantidad de problemas…  Llegan unos señores y te dicen: voy a hacer una minera, ¡pero si eso no es una minera, es un taranto! ¡cómo viene usted preparado!, es que yo no conozco ese cante, ponga usted Internet y escuche a Pencho Cros, a Encarnación Fernández, o al que quiera usted…Encarnación es también algo grande, ella va en la línea de mi padre con la minera. Le ayudó también a Encarnación para que se presentara, porque como estaba metido en todo este tinglado… Mi padre y los Fernández eran como hermanos. Fíjate que Antonio ha sido 50 años su guitarrista y no han tenido ni un sí ni un no.

No quiero entretenerte más pues estos días son muy intensos para ti, voy a terminar con una de aquellas letras que hablaban de él, y la primera vez que la oí, me saltaron las lágrimas:

“Con la nana por minera
de chavalín me dormía
y cuando minero era
la minera se venía
conmigo de compañera.”

Esa letra vas a poner de quien es, te lo voy a decir, es de Luike, de Enrique Hernández, Luike, el que le hacía las letras a mi padre, amigo personal suyo.



Lo conoció y es un enamorado de mi padre, empezó a hacer letras y letras y letras, y llegó a hacer un libro que se llama “La carpeta de Pencho Cros”. Ha venido este año y ha sido el que ha estado ahí con nosotros…  Hay otra que es la mejor:

Vi un minero en la cantina
con muchos conocimientos,
Que el que trabaja en la mina
conoce el mundo por dentro
y lo demás lo adivina.

Esa minera es también de Enrique Hernández, Luike, y luego al cantársela mi padre a este señor, tal fue la emoción de ganar aquí en La Unión con la letra de la minera, que se fueron a la carretera de Portman, y se pararon en una carreterilla, allí donde está el montecito y dice:

“Una minera escribí,
la premiaron en La Unión,
gran emoción sentí,
me la cantó Pencho Cros
y entonces la comprendí".


Pepe Cros: muchas gracias.
Gracias a ti.

Luego de terminada esta entrevista, horas más tarde, se celebra la final del Festival en el que se le otorga la preciada Lámpara Minera a Jerónimo Segura Paredes,“Jeromo Segura”. De madrugada, ya vencedor y emocionado, comunica que este mismo día va a cantar su minera ganadora en la tumba de Pencho Cros, a quien dedica el trofeo.

(Fotografías de Pencho Cros cedidas por su familia)



1 comentario:

Pedro Delgado dijo...

""Regalar el arte""...

Qué frase más bonita y cuanto de verdad encierra en el caso de Pencho Cros...

Dos entrevistas de auténtico lujo:
Encarnación Fernández y Pencho Cros

¡¡¡Qué envidia!!!

Un abrazo